Escucha…

Por unos momentos, te pido que dejes de lado los memes del confinamiento, las noticias alarmistas de los grandes medios, y teorías de “conspiración”.

Soy Ed, y me gustaría compartir contigo lo que el corazón me dicta.

He estado, como muchos, supongo, agitado y removido por innumerables sentimientos y pensamientos durante estas últimas semanas, desde que la psicosis masiva que nos ocupa empezó a propagarse.

La situación despierta algo en mí que no surgía desde hace años. En aquel entonces, albergaba mucha ira para con el mundo. Nada me agradaba ni conformaba. Quería aislarme en esa frustración, pero no comprendía el por qué, o de dónde venía ese sentir. Fué una época en que elegí salir de mi zona de confort para empezar a descubrir otras perspectivas, realidades y paradigmas. Quería ver más allá de lo que estaba establecido en mi mente, por mis experiencias y mi educación en la sociedad. Me interesé mucho en la medicina alternativa y me dediqué a estudiarla. También empecé a investigar sobre la naturaleza del ser más allá de lo comúnmente establecido, y a indagar sobre versiones distintas en cuanto a lo que conocemos sobre la historia y el funcionamiento del mundo y nuestra civilización. Fuí descubriendo, con horror al principio, eventos de la historia y estructuras de poder que podía intuir, pero desconocía. Así como la manipulación y tergiversación del conocimiento en la ciencia y en la espiritualidad en pos del beneficio económico y la perpetuación de estructuras de control. Con el tiempo descubrí que aquello que me afligía era mi propia ignorancia de la voz de mi conciencia. Una voz que decía; “si no hacemos nada, esto no hará más que empeorar”.

En un momento dado pasé a formar parte de una iniciativa digital en la que se reunían todo tipo de inquietos buscadores de ámbitos fuera de lo ordinario. Se reunían allí desde aquellos individuos que querían volar el parlamento e iniciar una revolución social al más puro estilo “V de Vendetta”, hasta los que proponían meditar por la paz mundial y el cambio de la frecuencia vibracional. Aquella plataforma era StopSecrets, y en ella compartían personas de varios países de habla hispana todo tipo de información alternativa. Desde teorías “conspiranoicas” a métodos de sanación energética. Allí estuve administrando el grupo de Barcelona, y pude conocer a muchas personas con diferentes perspectivas y conocimientos, de diversos trasfondos socioculturales y vocacionales. De entre ellos, algunos de gran relevancia, aún a día de hoy, como mentores y maestros. Fue mi inicio en el camino del autodescubrimiento y crecimiento personal. Así como de desvelar desagradables realidades globales.

En susodicho grupo formamos algunas iniciativas sociales. De entre ellas la más memorable sea probablemente una campaña de concienciación sobre la existencia de ciertos círculos influyentes en el orden sociopolítico y económico, durante la cual organizamos varios eventos, coincidiendo con la cumbre en Sitges de uno de estos grupos cuyo nombre al menos se conoce: Bilderberg. En aquellos días nos estuvimos manifestando, hablando con la gente a pie de calle, repartiendo panfletos informativos, exponiendo hechos y datos sobre el impacto de estas “élites” en el orden mundial, la trampa del sistema dinero-deuda, la corrupción de la industria farmacéutica y agroalimentaria, la manipulación de los medios, asesinatos políticos, atentados de falsa bandera, y varios temas de interés más. 

Aquella experiencia fué muy amarga, pero también enriquecedora. A pie de calle, a la mayoría de las personas no les interesaba demasiado pararse a conocer sobre estos temas, inmersos en sus quehaceres y preocupaciones cotidianas, como el llegar a fin de mes, o seguir la liga de fútbol. 

“Ojos que no ven, corazón que no siente”. “La ignorancia es la felicidad”. “De algo hemos de morir”. Todos conocemos estos dichos populares, los llevamos muy integrados en nuestro subconsciente.

Desalentado, abandoné como administrador de dicha plataforma y organizador de iniciativas activistas.

Tras aquello, quedé desolado durante largo tiempo, pensando que todo era en vano, y que mis buenas intenciones caían en saco roto. No había nada que hacer, pues “no hay peor ciego, que el que no quiere ver”. Aún escuchaba esa voz en mi fuero interno: “Si no haces nada, nada mejorará”. Caí en cuenta de que aquello de lo que me tenía que ocupar estaba dentro de mí mismo, de donde provenía esa voz. Me propuse no dispersar mis fuerzas en tratar de arreglar el mundo exterior, para sanar mi interior. Centrarme en cultivar mi crecimiento, desde dentro… hacia fuera. Y así hice.

Han pasado más de diez años desde entonces, y aún consciente de estos temas, tan sólo he conversado sobre lo que ahora voy a dilucidar con quién mi intuición me había indicado. Sin embargo, actualmente están sucediendo eventos de terribles consecuencias, y es momento de volver a conversar abiertamente.

 Nos dicen “ellos” que hay una pandemia que debemos temer. El alarmismo y el pánico ha tomado el control de la gran mayoría de las mentes ciudadanas de esta civilización y los líderes de casi todas las naciones siguen a rajatabla los dictados de la OMS. Mientras muchos acumulan papel higiénico en sus casas y desinfectan todo obsesivamente con cloro, otros están mirando detrás del telón para ver quiénes son los actores en este drama. O más importante aún; ¿Quién lo dirige? 

 Dicen que este agente patógeno, al que titulan “virus” (latín proveniente del griego ἰός, «toxina» o «veneno») se originó en los mercados negros de animales en China, mutando entre transmisiones. Que yo sepa los asiáticos llevan siglos consumiendo animales exóticos por la creencia en sus propiedades extraordinarias, y de seguro que los mercados clandestinos no han empeorado en condiciones de salubridad. Aunque posiblemente tampoco hayan mejorado mucho.

Altos cargos chinos han acusado a Estados Unidos de propagar el virus en Wuhan, donde se sabe por reportes de años atrás de la existencia de laboratorios de investigación de armas biológicas financiados por estos [1]. Estados Unidos, por su parte, ha hecho lo propio señalando a China.

El caso es, que este brote se ha cobrado ya, según estadísticas, más de 200.000 vidas, muriendo tras resultar “positivos en Covid-19”. Curiosamente en ningún país ha superado la tasa de mortalidad de la gripe común (que parece haber dejado de existir), ni se oye hablar ahora de tales estadísticas [2]. Por no hablar de que no un hay consenso en la fiabilidad y efectividad de los test empleados y se basan más en la presunción y la presión estructural para justificar las medidas impuestas; pues al catalogarlo como “pandemia”, se pidió a todos los gobiernos del globo que confinen a la población en sus hogares mientras las investigaciones para hallar una vacuna avanzan. Un escenario, para el que curiosamente, existió un simulacro previo en Octubre del pasado año, cuyas características eran prácticamente idénticas a las de la contingencia actual. El infame evento 201, de mano del foro económico mundial y la fundación Gates [3]. 

Mientras tanto, hay una agenda de implementación y activación de la red de antenas y satélites 5G que sigue su curso inexorablemente, a pesar de su oposición en frentes científicos y civiles. 

Por si fuera poco, se reportan cada vez más, desde todo el planeta, juegos de luces y sonidos extraños en los cielos que algunos llaman las “trompetas del apocalipsis”, otros “cielomoto” (si bien un fenómeno similar se había registrado anteriormente, conocido como“the hum”) [4].

Hasta aquí, todo son hechos reportados y fácilmente hallados. 

Todos conocemos las noticias, bombardeadas sin descanso a través de televisores, radios, y dispositivos con acceso a internet. En la era de la información en que nos ha tocado vivir, nos nutrimos cada día con las impresiones audiovisuales de mano de incontables medios de comunicación. Sin embargo, cada vez hay más cantidad de personas que desconfían de las campañas de “información” de tales medios, más propagadas que cualquier “virus” de la historia. 

También hay entre la masiva cantidad de fuentes, aquellas que se tachan públicamente de “disidentes” o alternativas.  Estos individuos están buscando, difundiendo y generando contenido sobre hechos no tan conocidos, (o no tan probados) que no se comparten de manera oficial. Contenido que es, además, abiertamente censurado a pesar de la “libertad de expresión”, por ser “ teorías conspirativas”.

Como por ejemplo que el mentado epicentro y origen de todo, Wuhan, parece haber sido también una de las primeras ciudades donde se probó la nueva tecnología de telecomunicaciones. Tecnología que como dije, tiene una ardiente oposición. Nunca mejor dicho, pues ha incitado un movimiento global en contra de su instalación [5]. Especialmente en países como Reino Unido donde están derribando y quemando torres de antena. Otros países, como Suiza o Bélgica, han puesto un veto sobre esta tecnología sin probar. 

Hay epidemiólogos y virólogos que han alzado la voz abiertamente para poner en tela de juicio el origen del virus y las medidas impuestas [6]. Otros, de ramas más técnicas, han insinuado que hay una relación entre las pandemias y los cambios en la electrificación de la Tierra, debidos al desarrollo de nuevas tecnologías de radiofrecuencia por mano del hombre a lo largo de la historia [7]. 

Biólogos y médicos, entre otros especialistas de la salud que han elegido un camino disidente fuera del academicismo mafioso, han estado durante años presentando trabajos de investigación en los cuáles se desmonta la teoría de la infección vírica como algo propiciado por un organismo de inteligencia maliciosa dentro de la naturaleza. Atribuyendo el hallazgo de estos como producto de desecho o residuo del material genético (ARN) de una célula bajo agresión (incluído el estrés por miedo). Estos serían exosomas anómalos, no una réplica orgánica de un agente patógeno. De ahí origina el uso médico de la palabra “virus”; toxina. Esto ha traído un debate en la comunidad científica y el interés social de cómo se detecta y prueba la existencia de una infección vírica en el organismo [8]. 

Otros médicos y trabajadores de sanidad, no disidentes, están actualmente informando fuera de los medios convencionales y en honor a su juramento hipocrático, que la patología que enfrentan no es convencional, ya que incluso pacientes sin antecedentes cardiorrespiratorios, tienen un síndrome de insuficiencia respiratoria que se podría atribuir al fenómeno que ocurre en el “mal de altura”, en que la baja saturación de oxígeno atmosférico produce hipoxia, o déficit de oxígeno tisular; produciendo disnea, cefalea, mareo, náuseas y agotamiento. Por tanto, el uso de respiradores de alta presión en dichos pacientes que tienen pulmones y músculos sanos para la respiración autónoma, está generando un aumento de la presión pulmonar, causando lesión y empeorando los casos [9]. Casualmente, se pueden encontrar informes, que datan desde 2001 al menos, documentando la interacción entre la radiofrecuencia de ondas EHF (extremely High Frequency) o milimétricas a 60Ghz y las partículas de oxígeno en la atmósfera, absorbiendo estas la radiación en alta medida y por ende resultando en inhalación de partículas irradiadas. 

Por si fuera poco, tenemos precedentes de armas de alta frecuencia como el ADS (Active Denial System)[10] del ejército norteamericano, que trabajan en una frecuencia de onda de 95 Ghz. Las nuevas tecnologías de telecomunicaciones que se están instalando trabajarán en bandas de hasta 300 Ghz. 

En cuanto al espectáculo audiovisual en los cielos cuyo avistamiento y difusión muchos atribuyen al exceso de tiempo libre y aburrimiento de los encarcelados… digo, confinados, de varios países, habría que revisar y hacer públicas las operaciones del HAARP de la DARPA, agencia del Dep. de defensa americano[11], capaz de influir en la ionosfera y la troposfera con fines de “investigación”. También habríamos de hablar sobre el proyecto Starlink del aclamado “genio filántropo” Musk, directivo de la compañía Tesla, y su tren de 300 satélites y contando, que orbitan nuestro planeta. No voy a hablar ahora de la posibilidad de algo tan retorcido como el proyecto Blue Beam.

Sobre los específicos de todo esto no tengo la potestad de afirmar, pues no soy científico ni médico, pero tengo conocimientos sobre fisiología por mis estudios en emergencias sanitarias y como terapeuta para comprender que el conflicto de versiones y puntos de vista sobre el origen vírico defiende un claro interés manipulativo por el lado de la Organización del Miedo a la Salud y del hampa farmacéutico.

¿Por qué censurar sino remedios probados como el dióxido de cloro (CDS), también conocido como MMS, y divulgado de forma gratuita por el Dr. Andreas Kalcker, probado y amparado por muchos?[12]

Tampoco poseo un grado en ingeniería de radiofrecuencia pero sí sé y siento que los campos electromagnéticos no son inocuos. ¿Acaso las colonias de abejas o bandadas de pájaros están cayendo muertas de pena alrededor del mundo? Todos hemos experimentado deterioro en el bienestar físico y mental por exposición excesiva a radiación electromagnética. ¿Y es que, acaso no somos nosotros mismos entidades energéticas? 

La ciencia médica establecida ha mantenido desde su fundación una constante campaña de demonización de las “pseudociencias” que tratan al ser humano como algo más que un pedazo de carne con funciones bioquímicas. Sin embargo, nuestras células se comunican entre sí por ondas electromagnéticas escalares. Toda la vida en la tierra funciona de esta manera. La realidad de la medicina alopática donde todas las patologías son de origen idiopático (o enfermedades de etiología desconocida) es porque no se quiere aceptar que también somos nuestras emociones y nuestros pensamientos influyendo a nuestro organismo electroquímico.

¿Has sentido miedo, ansiedad, preocupación… en los últimos días? Bueno, “ellos” lo saben. Las noticias sobre cuerpos en las calles y la necesidad de suprimir los ritos funerarios se propagan como el fuego. Se aplica medicina de guerra en las zonas afectadas, dejando a los ancianos y personas de alto riesgo morir solas en sus casas, sin poder ser visitados por sus familiares, sin ser atendidos. Las defunciones de pacientes que “dan resultado positivo en coronavirus” van destinadas al crematorio, sin apenas ceremonias. Sin autopsia. Y sin dejar rastro. Mientras tanto, muchos ciudadanos, frustrados con la situación, van a ver los hospitales “epicentros de la pandemia” y los hallan vacíos. Doctores y familiares de todo el mundo han denunciado la clasificación de fallecidos como víctimas del coronavirus a pacientes con otras patologías fatales. Pero no escucharas sobre eso en los noticieros. 

Hace años se crearon en Estados Unidos unas infraestructuras para algún tipo de contingencia a gran escala. Los “campos” de la FEMA, agencia de manejo de emergencias americana, con cientos de miles de ataúdes de plástico no biodegradable y módulos de contención para cuarentenas. Aún a día de hoy muchos se preguntan para qué. En otros países ya se habla de tomar medidas de cuarentena“obligatoria” para los denominados “portadores asintomáticos”. Porque puedes estar enfermo, te dicen, sin haberlo percibido [13].

El arresto domiciliario podría mantenerse por mucho más tiempo para las personas en riesgo, cuando es esta población vulnerable la que debería haber sido protegida con cuarentena, principal y únicamente, ante una urgencia sanitaria real. En cambio los supuestos “portadores”, que, siendo inmunes al parecer son bombas andantes de “contagio”, podrían ser seleccionados y forzados a estos lugares.[14]

Porque quieren testar a todos y cada uno de los ciudadanos. Aún a sabiendas de que las pruebas de PCR para detectar este exoma no concluyen que seas un arma biológica terrorista. Siguen rebatiendo muchos la propia naturaleza de los virus y la supuesta propagación infecciosa. Mientras tanto, en Suecia, decretaron que la población fuera de riesgo ha de inmunizarse de manera natural y seguir su vida normal. En la mayor parte de países, sin embargo, se sigue propagando el incendio del pánico. La verdadera infección; el efecto nocebo. 

  Se habla de una gran recesión. Una depresión económica sin precedentes. De tal magnitud que podría derrumbar los mismos cimientos del capitalismo y la sociedad tal como la conocemos. Escucharás hablar mucho sobre un “nuevo orden”. Incluso por parte de aquellos mismos que siempre han promovido la depredación económica a través de la especulación y la usura del sistema actual. Ahora hablarán de la necesidad de unificar las naciones para enfrentar la crisis. Por ello posiblemente tu gobierno se adhiera a un plan global, capaz de tomar medidas extraordinarias [15]. 

Este gobierno centralizado, en aras de gestionar la urgencia sanitaria global y sus consecuencias, tendrá la capacidad de instaurar una “renta básica universal” a escala global [16]. 

Todo esto parece algo maravilloso y utópico para subsanar la pobreza, el hambre, y demás problemas globales. Pero, ¿Te has preguntado qué consecuencias puede tener la implementación de un gobierno así? Para empezar, los mismos intereses financieros que ensayaban la posible pandemia global, ya barajaban la comercialización y distribución de una vacuna. Esto quiere decir; inyección obligatoria e identificación viral. Como ya viene anunciando el señor Gates, uno de los principales inversores (y por tanto, propietarios) de la OMS. Organismo “público” que gobierna tu país desde ya, sea cual sea tu bandera. Hace ya tiempo que se habla de la intención de implantar un microchip en la población para el control de datos. Ahora esto ya es una realidad con la ID 2020 [17]. Si no te quieres vacunar, no pasa nada, tan sólo has de renunciar a tu libertad. Dí adiós a tu libre albedrío. Tu capacidad para viajar y desplazarte a tu antojo. A las ayudas socioeconómicas. Bienvenidos sean al nuevo orden, donde el mundo pertenece a los que se vacunan y están “inmunizados”. ¿O quizá sólo a los que llevan hilos y sus titiriteros? No voy a hablar aquí del debate sobre los peligros de la vacunación. Si quieres vacunarte, estás en tu derecho. También yo estoy en el mío si no lo quiero así. Pero no van a dejar elección. 

En cuanto al dinero, la moneda posiblemente desaparecerá, alegando ser un riesgo para la salud, y todo funcionará con campos electromagnéticos de RFID, NFC, WiFi, etc. Todo, menos tú, pues tú biología energética natural quedará neutralizada y subyugada por una tecnocracia totalitaria. Se seguirá imponiendo el distanciamiento social en las personas, hasta que se haya normalizado, y ya no exista el afecto de un beso o la calidez de un abrazo. Pero eso no importa. Tan solo que haya productores, y consumidores. Si no encajas como engranaje, no cabes.

Aún y así no puede existir algo tan retorcido como una conspiración. ¿Cómo iban estos pocos a urdir una trama así para perpetuar su poder y llegar a controlar lo que la gente hace, dice, piensa y siente?

¿Acaso crees que si hubiera una pandemia real y se quisiera preservar el orden económico actual, el efecto no sería el contrario y las noticias estarían ocultando las cifras para transmitir tranquilidad y normalidad, en vez de alarmismo y pánico, preservando así los intereses financieros? 

¿Da que pensar, verdad? No pienses. Siente. Usa tu conciencia. 

Quizá tú también escuches esa voz. Tu ser aullando por ser liberado de estas cadenas, del miedo.

“¿Cómo va a ser posible algo así?” “No puede existir tal manipulación y engaño que ponga en jaque a toda la humanidad.” “Estas cosas sólo ocurren en las películas”. Algunos buenos amigos, a los que quiero y respeto, dicen cosas así. También que no podemos detener el progreso tecnológico y médico sin tener evidencias “científicas” de que sea dañino. No podemos terminar con el progreso, es cierto, pero si debemos dirigirlo con conciencia. La realidad puede superar con creces la ficción. Y al contrario que con la ficción, el peligro de ignorarla nos afecta a todos. Como permitiendo que unas medidas y tecnologías claramente impuestas por intereses de control poblacional estén dirigidas por organizaciones y corporaciones cuyo trasfondo es cuanto menos dudoso. La palabra “conspiranoia” fué creada para desacreditar a todos aquellos que desean exponer estos crímenes. Hemos estado relegando demasiado poder y responsabilidad a unas manos cuyas intenciones desconocemos realmente. O quizá no…

Hasta día de hoy, jamás volví sentir la necesidad de promover el despertar de conciencia sobre lo que se mueve tras del telón de lo establecido.  Sin embargo, son circunstancias extraordinarias, y, en estos momentos, aún años después, la voz no deja de reverberar; “Si no hacemos nada, todo irá a peor”. 

No pretendo ser profeta aunque no esté en mi tierra. Sin embargo, he de escuchar lo que el corazón me dice y predicar lo que siento que sí podemos hacer.

 Una opción es seguir sentado en casa compartiendo el hashtag. La otra, si te dices escéptico, es empezar cuestionar lo que dicen los medios y ser escéptico de verdad. No de los que descartan las “teorías de la conspiración” sin antes haber investigado todas las fuentes posibles y sin cuestionar el por qué grandes medios y plataformas sociales siguen haciendo tanta censura a unos particulares que tienen mucho que perder y nada que ganar siendo desacreditados. Como Kalcker y otros por su divulgación del dióxido de cloro, o incluso a médicos que abogan por practicar y difundir tratamientos alternativos con grandes resultados como la administración de vitamina C intravenosa o el par biomagnético. Por no hablar de la Nueva Medicina Germánica. O la Dulce Revolución de Pàmies, que está divulgando sus conocimientos sobre plantas medicinales, incluidas aquellas que tratan los “virus” o exomas que todos padecemos. Porque tanto tú, como yo, podríamos ser “portadores asintomáticos”, y con ese pretexto nos pueden mantener encerrados en casa o llevarnos como “presos víricos”. Se sigue censurando asimismo la guerra contra el 5G que han emprendido muchos ciudadanos en múltiples países. O la campaña de divulgación que empezaron civiles estadounidenses filmando imágenes de centros hospitalarios vacíos. 

Desconocemos a ciencia cierta el origen de todo esto o la naturaleza del patógeno. Si es un veneno bioquímico fumigado por el aire como arma, creado en un laboratorio, o una respuesta celular natural ante las muchas agresiones que recibimos por la contaminación atmosférica, por la radiación electromagnética en aumento, los químicos alimentarios y farmacológicos, o más relevante aún, por nuestro propio miedo. Lo que podemos intuir es que si el Covid19 es malo, espera a ver el Covid20 o Covid21. Porqué no dudes que van a venir nuevas “mutaciones” y “cepas”, a medida que se vayan descubriendo nuevos exomas en respuesta a la creciente toxemia por irradiación y miedo. Haber pasado la “enfermedad”, no te dará la inmunidad, sólo sus vacunas.

No hemos de tener nada por seguro hasta que sea demostrado de todas las formas posibles, ni deberíamos confiar en ninguna información que no hayamos comprobado de primera mano. A día de hoy, es abrumador tratar de tener alguna certeza en tal mar de confusión. Pero si hay algo que debería ser claro para todos, es que lo que está ocurriendo corresponde a un plan. A pesar de las muchas fallas detectadas en este, está funcionando demasiado hasta ahora bien para el interés de “algunos”. 

Se les ha llamado la Sinarquía, Sionismo,  Bilderberg, los Oligarcas, Illuminati, Deep State, Cabal. Ellos han tomado muchos nombres, creen ser intocables y temidos. Individuos que se mueven fuera del ámbito público, pero proyectan su sombra sobre toda la sociedad. Grupos, en apariencia omnipotentes. Pero cuyo poder es en realidad una ilusión, que parte de su odio a la verdad; que son seres profundamente enfermos con delirios de grandeza. Pues su único dominio es el del engaño, la manipulación y la división. Las herramientas del miedo son sus armas y el veneno que nos aflige. Sin ello, no podrían especular con la esclavitud de un planeta para servir sus intereses. 

Sin miedo, nace la verdadera libertad. Del amor, la inteligencia y la voluntad.

Por eso, no importa cual sea la causa o el responsable de todo lo que está sucediendo. Cuando uno es atravesado por una flecha, no ha de preguntarse quién disparó la flecha, cómo, o qué motivos tenía. Ha de quitarse la flecha y extraer el veneno primero, para poder localizar y neutralizar la amenaza después. 

Vendrán en estos tiempos muchos que proclamen aparentes soluciones redentoras, salvadores externos que ofrecerán solucionar este embrollo. Otros, querrán la revuelta civil, insurgencia con violencia. Si algo podemos aprender de la historia para no condenarnos a repetir los mismos errores es que cuando el pueblo cede a que otros, de intereses ajenos al bien común, tomen las decisiones que nos atañen, gane quién gane, nosotros perdemos. 

Si te preguntas entonces cuál podría ser la solución real a que nos dejen de mangonear, existe una, y la estamos creando. Sin embargo, requiere de tomar conciencia y responsabilidad. De desprenderse de la dependencia patológica que hemos creado con un sistema profundamente enfermo, tomar responsabilidad y generar la semilla del mundo que todos sentimos que debería ser.

Se llama Ecologenia. 

Hay muchos frentes abiertos, pero tenlo claro, se está librando una guerra por el curso de la civilización y nuestra evolución como individuos de la especie humana. Una guerra que podemos luchar pacíficamente, con conciencia. Por nuestros seres amados, nuestra familia, nuestros ancianos, nuestros amigos y vecinos, nuestras próximas generaciones y por la humanidad.

Si has llegado hasta aquí, no eres la resistencia. Eres una posibilidad de que todo esto no vaya a peor.

Ahora está en tí elegir qué mundo podemos crear en este punto de inflexión en la historia de la humanidad, sin que decidan por nosotros. ¿Qué rol vas a tomar? 

http://ecologenia.blogspot.com/

[1] https://youtu.be/EEJeVHZieaA  

[2] https://www.diariocritico.com/salud/coronavirus-gripe-cifras-virus-letal

[3] https://www.centerforhealthsecurity.org/event201/

[5] https://smombiegate.org/

[6] https://www.infobae.com/coronavirus/2020/03/28/para-un-prestigioso-cientifico-argentino-el-coronavirus-no-merece-que-el-planeta-este-en-un-estado-de-parate-total/

[7] https://aydoagua.com/blog/112_coronavirus-y-electrificacion-de-la-Tierra.html

[8] https://www.youtube.com/watch?v=QDVb6LTa0JY

[9] https://www.youtube.com/watch?v=g3ka8lo_fZ8  Cameron Kyle Sidell 

[10] https://en.wikipedia.org/wiki/Active_Denial_System

[11]https://www.tiempo.com/ram/913/el-proyecto-haarp-mquinas-para-modificar-y-controlar-el-tiempo/

[12] https://www.youtube.com/watch?v=g-iHZGXQXxE

[13] https://www.youtube.com/watch?v=GibgeD5w5dY&t=11s 

[14]https://www.mundiario.com/articulo/politica/confinamiento-ira-reduciendose-quienes-sean-portadores-asintomaticos/20200406122401180744.html

[15] https://elpais.com/elpais/2020/03/25/3500_millones/1585128881_176418.html

[16] https://elpais.com/economia/2019/11/23/actualidad/1574533506_194791.html

[17]https://www.elindependiente.sv/2020/03/25/bill-gates-anuncia-que-implantara-microchips-para-combatir-covid-19-y-rastrear-las-vacunas/

Publicado por virtudsolar

Aventurero, terapeuta, amante de la vida y la naturaleza

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar